Siete años todavía recordando…
El 11 de marzo del 2004 España sufrió el mayor ataque terrorista de la historia europea, cuando cuatro trenes sufrieron diez explosiones producidas de forma simultánea, desde las ocho menos veinticinco de la mañana hasta ocho menos veinte acabaron con la vida de 190 personas y además de provocar mas de mil ochocientos heridos.
Fue una conmoción para el país que, quien más y quien menos se vio afectado por el atentado, y es que ese día se paralizó España entera ya que su capital, Madrid, había sufrido un duro golpe, mayor del que jamás hubiera imaginado, tanto en lugares de trabajos como en los centros educativos el ritmo normal de cada jueves dio paso a un día de luto y tristeza, este sentimiento se fue agravando los dios posteriores en los que se convocaron numerosos homenajes a las victimas y una gran manifestación que mostró el rechazo hacia la violencia mostrada por el grupo terrorista islámico, este evento fue multitudinario e histórico demostrando.
Tiempo después en Atocha, lugar de la primera explosión, se realiza cada año un acto de recordatorio a las víctimas que fallecieron en el fatídico acontecimiento.
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| Bosque de los ausentes Fuente:madridparques.blogspot.com |
Otro de lo símbolos que la capital dedicó a este suceso fue el Bosque del Recuerdo, que recoge, un árbol por cada víctima, se encuentra cerca del Retiro y su inauguración coincidió con el primer aniversario del atentado. A este acto acudieron presidentes de veinte países así como los familiares de las víctimas quienes renunciaron a cualquier tipo de discurso durante el homenaje.
Han pasado ya siete años pero el recuerdo sigue vivo en cada uno de nosotros, para Lucía Olivera, una joven estudiante de diseño de moda, recuerda que estaba en el instituto y que de repente le comunicaron el terrible suceso. “Nos quedamos atónitos y todos empezaron a llamar a sus casas por si alguno de su familia había sufrido aquel espantoso atentado” dice Lucía.
A ella no le afectó en el ámbito personal pero sí, sintió tristeza y rabia ya que nadie se lo merecía, además estuvo muy conmovida por los afectados ya que fue un hecho espantoso.
Lucía nos cuenta sobre ese día que su padre siempre cogía el tren en Atocha para ir al trabajo pero ese 11 de marzo no fue así, cogió otro tren a una hora distinta a la que explotaron los trenes, “el hecho de pensar en que… uff… me da algo” comenta Lucía.
Para ella los días posteriores, los vivió con normalidad pero sí que se vio bombardeada por infinidad de información sobre el tema y para ella era inevitable pensar en los afectados y que en su opinión podría haberse actuado de una manera mejor.
Para Chus Mínguez de 28 años, responsable de ventas en las empresas textiles, Dungaree y Pivellon, recuerda que ese día fue un caos para todo el mundo por que “había un ambiente de pánico por la gente no había ido a clase”, comenta Chus al recordar cómo intentaba contactar con todos sus amigos para enterarse si se encontraban bien, ya que utilizaban esa línea de cercanías.
A lo largo de estos siete años transcurridos, recuerda que como homenaje se hacían parones en la universidad a la que asistía y en las empresas que ha trabajado, además comenta Chus “que cada año que pasa hay menos actos por así decirlo en las empresas”.
Por último Gemma Librero Vélez, directora de la escuela de moda Ver-Pélez, recuerda de ese día el momento en el que se fue a trabajar y cómo en “la calle parecía que la gente estaba corriendo a todas partes todo el mundo hablaba, hablaba...había atascos y sólo se oían sirenas de ambulancias”.
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| Monumento en honor a las víctimas en Atocha Fuente:www.ciberdroide.com |
Lo más duro llegó al día siguiente, ya que Gemma se enteró de que conocidos y familiares de los alumnos habían sufrido el terrible atentado y en ese mismo día “salí a la calle para volver a mi Escuela el ruido del día anterior había desaparecido y había dado lugar a ese silencio que ya se había congelado en el corazón de todos los españoles”, comenta Gemma.
Aunque pasen los años nunca vamos a poder olvidar ese fatal suceso que paralizó el ritmo de vida de todos los españoles y que también nos unió en ese trágico día.
